El Vuelo de la Mosca es un proyecto expositivo llevado a cabo en la Sala de Máquinas del Centro Párraga de Murcia. El proyecto trata de analizar conceptos relacionados con la identidad desde categorías estéticas que abarcan lo siniestro, lo grotesco y “lo abyecto”. Partiendo de la idea que plantea Clément Rosset (1939) sobre la “identidad personal”, vista como una ilusión fantasmagórica e imposible de reconocer (Rosset, 2007), el proyecto trata de cuestionar la concepción de lo real mediante una serie de pinturas que plantean metáforas sobre la condición humana. Estas metáforas visuales, se conforman a través del uso del cuerpo humano junto a la figura de la mosca; animal que promueve connotaciones generalmente negativas en la sociedad occidental. Con el uso de la mosca, las imágenes del cuerpo humano toman nuevos significados y adquieren una visión perturbadora y siniestra.

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Para ello, trato el cuerpo desde la fragmentación, ausencia y metamorfosis, deshumanizándolo por medio de este enigmático insecto que alude a la suciedad, descomposición, podredumbre y muerte. De este modo, se pretende reflejar la vulnerabilidad y fragilidad del cuerpo humano, dejando entrever una inquietante y misteriosa violencia reflejada en la insignificancia de este díptero alado. 

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Formalmente, el proyecto se estructura por medio de pinturas de diversos tamaños. Como si de una plaga se tratase, las obras se disponen en función de la acumulación, el exceso y la abundancia, conformando así una instalación pictórica. Con esto, se pretende que el espectador se sienta atraído ante la “inquietante extrañeza” de lo que está observando.